El trekking del Baltoro es un trekking duro, no por el hecho de la ruta en sí, ya que cada día iremos avanzando con poco desnivel y recorridos asequibles. El problema es la altura a la que vamos a dormir en los campamentos, que aunque es una aclimatación muy progresiva hay que tener en cuenta que puede haber problemas.
Hay que pensar también que estamos en uno de los sitios más inhóspitos que te puedas imaginar, donde la ayuda para rescatarte puede tardar. No siempre los helicópteros están disponibles o hay condiciones climáticas para salir de allí.
Esto se complica con el calor que puede hacer los dos o tres primeros días de ruta en agosto, ya que pueden alcanzarse 30-35ºC, y también problemas con diarreas, vómitos etc. por lo que hay que llevar un buen botiquín.
La forma física es importante, así como experiencia en altura, aunque no siempre funciona, ya que depende como tengamos el 'cuerpo' podemos ir de cine o de pena.
Las condiciones higiénicas dejan mucho de ser óptimas. Vas a encontrarte con un chorro de agua a través de un tubo para todo el campamento, por lo que hay colas para cocinar, lavarse etc.
Los retretes, si es que hay están muy guarros por toda la gente que va, por lo que al final optas por ir al aire libre.
Todas estos problemas compensan los paisajes que vas a ver a lo largo de todo el recorrido, y sin duda merece la pena hacerlo.
Llegar al inicio del trekking ya es toda una aventura. Lo más cómodo es poder conseguir un vuelo Islamabad - Skardu a la ida, y Skardu- Islamabad a la vuelta si es posible. Estos vuelos son una loteria, ya que, aparte de tener que reservarlos con mucha antelación, puede ocurrir que se cancelen por mal tiempo. Es un hecho frecuente.
Si optamos por ir por tierra, vamos a tener dos días de ida y dos de vuelta por una carretera en su mayoría muy mala.
Desde Skardu vamos a tener un acceso a Askole apoteósico, ya que o puedes tardar unas 8 horas si no ocurre nada en el camino por derrumbes, o puedes tardar días si estos derrumbes son grandes. También es un hecho frecuente.
La pista de acceso a Skardu tiene tramos que ponen los pelos de punta, ya que a veces es tan estrecha como la propia anchura del coche, con una caida impresionante.
Son frecuentes e inesperados el aumento de agua en los arrollos ocasionando desprendimientos y bloqueo de la carretera.
En las pocas tiendas que hay, podrás comprar alguna cosa de última hora, como pilas, bebidas etc.
