En noviembre del mismo año, ocho navíos americanos, bajo el mando de Benjamín Pendleton, exploraron a su vez el archipiélago. Nathaniel Palmer, que mandaba el Hello y el James Monyoe, descubrió la isla Decepción, cuyo cráter desportillado había de procurar un puerto excelente (62º 30' S., 61º O.); más al sur, exploró el archipiélago Palmer y el canal de Orleáns, divisando el continente de modo indiscutible; por esta razón, en los Estados Unidos se denomina en la actualidad tierra de Palmer a la Tierra de Graham. Pendleton obtuvo el primer mapa hecho en las Orcadas del Sur (hacia 63º 30' S. y 45º O).
Los rusos se lanzaron a su vez en 1819; la posición del zar en Europa, vigorizada por el tratado de Viena (1815), explicaba esta empresa de carácter imperial. Fabian Gottlieb von Bellingshausen, barón originario de la isla de Oesel, de Letonia, tomó el mando de las corbetas Vostok y Mirny, con el encargo de efectuar una circunnavegación del Antártico, rebasando hasta donde fuese posible las latitudes alcanzadas por Cook. Después de Georgia del Sur y de las Sandwich del Sur (arco insular que jalona una línea de bajos entre 54º y 60º S., hacia 26º O.), costeó el extremo del banco de hielo hasta 8º O., alcanzando el 27 de enero de 1820 la latitud de 69º 21'; el Pack (gran extensión de témpanos flotantes) detuvo los veleros, y después, el mal tiempo forzó a Bellingshausen a mantenerse entre 60º y 63º S., mientras proseguía la ruta hacia el este, llegando a los 87º de longitud.
Tras la invernada en Sydney (Australia), volvió a partir a finales de 1820, descubriendo el 10 de enero de 1821 la isla de Pedro I (68º 40', 90º 30' O.), primera tierra descubierta al sur del círculo polar.
Sin embargo, los rusos no pudieron desembarcar. Sospechando la proximidad de nuevas tierras, Bellingshausen prosiguió rumbo al este, descubriendo el 29 de enero un promontorio elevado, la tierra Alexandre. Fue luego reconocida (1941) como una isla de gran extensión (43.000 kilómetros cuadrados), separada de la Tierra de Graham por canales colmados de carámbanos. En las aguas de las Shetland halló numerosos pesqueros de focas anglosajones, y regresó a Cronstadt. Había reducido en más de un tercio la superficie de las regiones desconocidas.
Los pesqueros de focas, en 1824, llegaron hasta 66º S. de la costa occidental de Graham. Weddell y Brisbane, ingleses, a bordo del Jane y del Beau foy, forzaron la barrera de hielos flotantes y penetraron en un profundo encorvamiento de la costa, el mar de Weddell, hasta 70º 15' S. (1822-1824). Morrel, de nacionalidad americana (1822-1823), después de haber logrado el primer desembarco en la isla Bouvet (54º S., 3º E.), y cartografiado las Orcadas del Sur, llegó a su vez a los 70º 14' S. en el sector atlántico.
El 15 de enero de 1838 Dumont d'Urville comenzó a encontrar hielo a 58º S., en el Atlántico. Impotente para rebasarlos el pack los 63º 43' S., se dirigió a las Orcadas del Sur, en las que los navíos bloqueados hubieron de ser liberados a golpes de hacha y de sierra. De este modo, descubrió la tierra de Luis Felipe, extremo de la Tierra de Graham, y la isla Joinville, situada enfrente. Es indudable que se trataba de una tierra ya divisada por Bransfield y por los capitanes de pesqueros de focas, pero sus coordenadas estuvieron mal establecidas hasta entonces. Al advertir que las tripulaciones comenzaban a padecer el escorbuto dobló en marzo el cabo de Hornos e hizo escala en el puerto chileno de Talcahuano, surcando a continuación los mares de Oceanía.
Volvió a partir de Tasmania el 1 de enero de 1840 para explorar el sector situado entre los 120º y 170º E. en dirección al polo Sur. Encontró hielos el 16 de enero y el 21 divisó una tierra alta, cubierta de nieve y de hielo, cuya altitud aproximada llegaría a 1.000 ó 1.200 m. Pero la calma, excepcional en el Antártico, inmovilizó los barcos a distancia. Hasta el 26 de enero no pudieron efectuar un desembarco dos chalupas. La del Astrolabe, tripulada por Duroch y seis marinos, llegó la primera y, a las dieciocho horas, el pabellón francés flotaba sobre un islote rocoso.
El exterminio de elefantes marinos y de focas en Georgia del Sur alcanzó proporciones impresionantes: 1.200.000 piezas entre 1780 y 1810; y desde 1825 a 1830 fueron 300.000 las focas sacrificadas en sólo las islas Shetland. La mayor parte de las pieles se vendían en China, aproximadamente a cinco dólares pieza. En 1830, las Shetland quedaron también agotadas y los armadores se dedicaron a buscar otros dominios de caza; esta actividad, beneficiosa para la ciencia, condujo al exterminio de la foca de piel fina en el Atlántico.
La firma Enderby, de Londres, envió en 1830 al capitán Biscoe en dirección este con los barcos Tula y Lively; el cual descubrió la tierra de Enderby entre los 40 y 60º E., hacia 66º a 68º S., pero no pudo desembarcar. Partió de nuevo desde Tasmania y descubrió la isla Adelaida (entre 67º y 68º S. y 68º O.), subiendo hacia el norte; descubrió entonces la tierra firme, que llamó Tierra de Graham, costeó las islas Biscoe y desembarcó en la isla Anvers, entre Adelaida y el archipiélago de Palmer.
Enderby resolvió en 1833 intentar una circunnavegación por el oeste para completar los descubrimientos de Biscoe; pero uno de los barcos del capitán Rea, el Rose, naufragó en el Pack a 60º S., 53º O., y el Hopefad hubo de regresar a su base.
Kemp, otro capitán de Enderby, con el Magnet, pasó por Kerguelen e hizo vela al sur (1833-1834), donde descubrió la costa que lleva su nombre a 60º O., justamente al sur del círculo polar.
John Balleny (1839) realizó la primera exploración asumida por Enderby; con el Eliza-Scott y el Sabyina, exploró el archipiélago Balleny (entre 66º y 68º S., aproximadamente a 163º E.) donde abordó en la isla Young, la más septentrional; adivinó la tierra entre 115º y 120º E., dando a toda la costa el nombre del Sabrina, naufragado en la región.
Después de Balleny llegó el turno a las exploraciones oficiales.
El Congreso americano confió, en 1838, seis barcos a Charles Wilkes, con la misión de reconocer en conjunto el contorno meridional del océano Antártico.
Después de elegir una base en la Tierra de Fuego, Wilkes envió sus barcos primeramente al este y al oeste de Graham, sin resultado apreciable; después, llegó a Australia e hizo vela hacia el sur para descubrir la posición del polo magnético sur, que el físico alemán Gauss había situado por cálculo hacia el 66º S. y 146º E., es decir, frente al glaciar de Mertz, entre la tierra Adelia y la Tierra del Rey Jorge. El 13 de enero de 1840, Wilkes descubrió unas islas (sin duda el archipiélago Balleny) y se dirigió hacia el oeste. Días más tarde, divisó el continente y siguió la costa unos 2.500 km. Con posterioridad se le ha reprochado la incertidumbre de sus trazados. Al presente se reconoce que Wilkes no cometió apenas más errores que los de otras expediciones más modernas, en regiones en las que el cálculo de una de las distancias varía de uno al cuádruplo, según las condiciones de la atmósfera; en resumen, demostró la existencia del Antártico oriental.
Julio Sebastián César Dumont d'Urville se estudia con mayor amplitud en otra parte, porque sus exploraciones polares no son más que un aspecto de su actividad de marino.
Durante el curso de un cuarto crucero en Oceanía efectuó sus investigaciones antárticas. Desde mucho tiempo atrás había concebido el proyecto de llegar al mar de Weddell más allá del 78º S. cuando partió de Tolón el 7 de septiembre de 1837 con el Astrolabe y su escolta La Zélée, bajo el mando del capitán Jacquinot (I).
Dumont d'Urville tomó posesión de la costa en nombre del rey de los franceses, bautizándola con el nombre de su mujer: Adelie, nombre de la época romántica.
El 29, se divisó uno de los barcos de Wilkes, pero no hubo intercambio de información ni visitas; cada uno de los capitanes afirmó después que el otro no había respondido a los signos de saludo, prueba de la escasa visibilidad que con tanta frecuencia reina en las regiones antárticas...
A 132º E. se descubrió el 30 de enero una alta barrera de hielo; después de reflexionar, Dumont d'Urville dedujo que una formación glaciar tan imponente tenía que apoyarse en tierra firme, dando a la supuesta costa el nombre de tierra Clarie, deferencia para con la esposa del capitán Jacquinot; indudablemente se trataba de un inmenso iceberg, porque la tierra Clarie no se ha encontrado.
Regresaron a Tolón los dos barcos el 6 de noviembre de 1840.
Los descubrimientos efectuados cayeron en olvido relativo, y hasta 1926, a propuesta de J. B. Charcot, Francia no reivindicó sus derechos sobre aquel sector del Antártico. Hasta ciento diez años más tarde no se efectuó la exploración de aquellas regiones (1950).
James Clark Ross obtuvo los resultados más brillantes, como jefe de una expedición lanzada por la Sociedad Británica para el Progreso de la Ciencia, y apoyada por la Real Sociedad Geográfica.
Se trataba de un marino que había tomado ya parte en una expedición anterior en el Ártico, y obtuvo el mando de dos navíos, el Erebus y el Terror, equipados en forma especial.
Llegó a Hobart por Kerguelen, enterándose allí de los primeros descubrimientos de Dumont d'Urville y de Wilkes. Modificó sus planes en consecuencia y resolvió efectuar su acometida más al este, en el cuadrante de Oceanía, comenzando en las proximidades del meridiano 180. Tropezó con el pack a 66º 32' S., e intentó atravesarlo, advirtiendo con gran sorpresa que ocho días después encontraba mar libre a 69º 15' S.
PRIMERAS VISTAS Y TOMA DE POSESION FRANCESA DE LA ANTÁRTIDA
Del Voyage au Pole Sud et dans L'Océanie (1837-40), por Dumont d'LTrville. París (Gide), 1845. Son dibujos detallados que acompañan al mapa del itinerario de las corbetas L'Astrolabe y La Zélée "en las regiones circumpolares", trazado por el ingeniero hidrógrafo Vincendon-Dumoulin. De hecho, dan idea del sexto continente, descrito como "acantilados de hielo escarpados y uniformes, que se supone encierran base sólida"
No descubrió el contraalmirante el Polo Sur en 1841-42, como dice la inscripción del mapa del retrato (a la derecha), pero sí descubrió el acceso, utilizado setenta años después, para llegar al Polo; es decir, el golfo profundo del mar austral, que se interna en la Antártida, y la Gran Barrera de Hielo que obstruye el golfo: en adelante, uno y otra llevarían su nombre, así como los dos volcanes divisados por él en 28 de enero de 1842 llevan los nombres de los barcos de la expedición de Ross: Erebus y Terror.
Mapa de las Nuevas Shetland del Sur, descubiertas por W. Smith en 1819 y las Orcadas del Sur, descubiertas por Botwell en 1824, con las costas del Antártico exploradas por Dumont d'Urville, procedente de la Tierra de Fuego, en enero y febrero de 1838. Las tierras denominadas por él de Luis Felipe y de Joinville pertenecen a la península antártica, ahora llamada Tierra de Graham.
Hizo vela al oeste, en dirección al polo magnético y se vio detenido el 11 de enero de 1841 por una tierra elevada, que se alargaba de norte a sur, y con alturas de 3.000 m.; Ross desembarcó en la isla de la Posesión (72º 20' S., 171º 30' E.). Prosiguió luego, proa al sur, encontrando el 28 de enero una isla con dos volcanes, uno en actividad, a los que dio el nombre de sus barcos (isla ROSS, 78º S., 168º E.). Allí se vio detenido por una muralla vertical de hielo, de unos 40 m. de altura y de absoluta continuidad, límite de una meseta glaciar que parecía dilatarse indefinidamente en dirección sur: la «barrera de Ross»; la costeó en dirección este varios centenares de kilómetros hasta cerca del 167º O., tomando nota de algunos entrantes que pudieran servir de fondeaderos. La estación, avanzada, le obligó a partir.
Volvió al año siguiente (1842) al nuevo «mar de Ross», costeó de nuevo la Gran Barrera (Ross Shelf-Ice), descubriendo una entrada que llamó bahía de las Ballenas (1630 O.). Luego, partiendo de las Falkland (Malvinas) descubrió al suroeste la isla de Joinville, las islas de Ross (63º 30' S., 58º O.), Paulet y Cockburn, y prosiguió después en dirección este, siguiendo el límite del pack hasta los 71º 30' S., 14º 51' O.
Para completar esta rápida exposición del descubrimiento del Antártico, hemos de mencionar también la expedición del foquero americano Smiley a la isla Decepción (1842), las mediciones magnéticas efectuadas por el inglés Moore a bordo del Pagoda (1845), que alcanzó los 67º 51' S. y 39º 40' E.; el nuevo descubrimiento de las islas Balleny por Tapsell (1850), el cual, a bordo del Brisk, siguió una ruta más meridional que Wilkes, pero sin ver tierras.
Hasta finales del siglo el esfuerzo de la exploración -en especial oceanográfica- no rebasó apenas las islas subantárticas: Heard (53º S., 74º E.), Crozet (46º S., 51º E.). Kerguelen, Mac Donald (descubierta en 1853-1854 a 53º S. y 72º E.), Bouvet. El Challenger, de Nares (1872- 1876) alcanzó los 66º 40' S. y 77º E., al sur de Kerguelen, encontrando el mar libre de hielos.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, la atención del mundo científico se volvió hacia las regiones árticas, más cercanas y hoy en el primer plano de la opinión por la desaparición y la búsqueda de Franklin.
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