Empezamos el día visitando la zona que da origen en el mundo de los geíseres, esas columnas de agua caliente y vapor que salen disparadas al aire de mucha altura. Aquí está el auténtico original, aunque ahora en este momento no funciona.
Funciona otro que está al lado que se llama Strokkur, que lanza también una columna de agua bastante potente.
Después vamos a ver la catarata Gullfoss. Una catarata bastante ancha y poca altura, pero sí con bastante caudal.
Para finalizar el viaje, llegamos al final del destino: Reykjavik, la capital de Islandia. Una ciudad pequeña manejable y tranquila que se puede ver en una tarde, por lo menos para ver la catedral.