Capital de la región autónoma del Tíbet, se encuentra a una altitud de 3.650 m. Su nombre significa "Ciudad Santa" y es el centro espiritual del país, ya que ha sido durante siglos la sede de los Dalai Lama, o dioses vivientes; aunque también es conocida como la ciudad del sol, ya que éste la ilumina durante muchas horas al año. Fue fundada en el siglo VII por el rey Songtsen Guíalo en el valle del río Kyichu y fue identificada en el año 1328 con la mítica Shangai-La, por Odorico de Pordenone a causa de su posición geográfica y de sus edificios religiosos.
Es una ciudad antiquísima y en ciertos aspectos suspendida en el tiempo, emblema de la religiosidad y del culto budista, ya que aquí se encuentran algunos de los más importantes de Asia. En torno al palacio Potala y el templo Jokhang, se encuentra el Tíbet más auténtico, un lugar con numerosos comercios, recorrido por miles de peregrinos que acuden continuamente a visitar sus lugares sagrados. La parte antigua de Lhasa concentra a la población tibetana (5% de la ciudad), mientras que los inmigrantes chinos se agrupan en barrios más modernos. Son dos zonas claramente diferenciadas; la parte antigua conserva bastante bien su carácter tradicional, con multitud de mercados callejeros a los que acuden los campesinos a vender sus mercancías, y la parte nueva, con un desagradable aspecto cuartelero que patentiza la ocupación china.
El aeropuerto esta ubicado a 95 km, se accede por una carretera asfaltada y con curvas, siguiendo el curso del río, se tardan 2 horas del mismo a la ciudad.