El fuerte Sassi fue construido por el ejército austro-húngaro a finales del siglo XIX para defender el “Valpararola Pass”. El interior del fuerte es impresionante, ya que tenía el propósito de albergar la guarnición y acomodar la defensa artillera. Desde las ventanas y los gruesos muros se podía ver el impresionante panorama del “Col di Lana”, Lagazuoi y más a lo lejos las montañas del Marmolada, todos ellos frentes de primera línea. El fuerte fue equipado con dos cañones de 80 mm apuntando hacia el sur. Dos cañones de 60 mm apuntando al “Falzarego Pass”.
Un grupo armado fue situado en el bastión sur-este de manera rotativa como punto de observación durante el combate. Otro bastión fue situado cerca de la entrada. Las ventanas tenían puestas barras de hierro y pesados postigos de acero. Las habitaciones se calentaban con chimeneas de hierro y lámparas de gasoil. El agua era abastecida de la lluvia que caía del techo y también bombeada desde el Lago Valparola.
El sótano era una pequeña cripta con tres habitaciones. El fuerte podía acomodar a unos 100 soldados. El 5 de Julio de 1915 el fuerte fue bombardeado por la artillería italiana desde “Cinque Torri” con morteros de 210 mm y otros calibres más pequeños. En el duro primer día, el fuerte fue seriamente dañado.
Los muros no estaban adaptados para soportar semejante dureza de fuego. Fue blanco de más de treinta proyectiles, tres de los cuales dieron en el techo. Las tropas no pudieron resistir semejante lluvia, muriendo muchos soldados y teniendo que ser evacuados.